El abogado Manuel Vergara Echeverría, fundador del Business Center & Management Consulting (BC&MC) de Chile y de la red internacional ICG – International Consulting Group, reflexionó sobre la internacionalización de las empresas.
En el marco de su X aniversario, el director de ICG – International Consulting Group en El Salvador, representante de IGG para Centroamérica y actual presidente de ICG, Edgardo Búcaro, invitó a diferentes empresarios, inversionistas en distintos rubros, para escuchar al experto anotar importantes consideraciones sobre las oportunidades, las posibilidades y los retos de ampliar sus capitales nacionales hacia el extranjero.
Entre varios puntos, el consultor destacó los desafíos de innovar y de emprender que tienen los salvadoreños, pero también de romper los paradigmas de un sistema de educación (tanto público como privado) que está dividiendo a las sociedades en buenos y malos, inteligentes y tontos, gobernantes y gobernados.
“Lo que quiero señalar cuando hablo de internacionalización al servicio comercial no es en el sentido de que la educación sea o no sea un negocio, sino que el negocio en sí mismo pase a tener una connotación valorada y éticamente adecuada”, explicó.
A su juicio, la educación actual no tiene un sentido ético ni un sentido social, independiente de que el centro educativo sea público o privado. A manera de ejemplo, Vergara Echeverría advirtió que en nuestras escuelas y colegios “si tenemos a un niño que tiene talento para ser empresario o a otro para ser trabajador o a otro para ser científico de la física cuántica, artista o poeta, debe tener las oportunidades de serlo y que no le impongamos un modelo comercial que es más bien político”.
Con lo anterior señaló que esa división a la que se refiere es a la que marca los talentos de los seres humanos y, por ende, impide la innovación que más tarde puede derivar en internacionalización.
“Si en Latinoamérica seguimos aceptando que la educación sea hecha con criterios comerciales o economistas, en el sentido de que aplicamos calidad como si fuera una producción de chorizos o una producción de cosas, cometemos el error de perder lo mejor de nuestra gente”, manifestó.
Señaló que algunos países latinoamericanos están intentando ahogar la libertad educacional privada para que en el fondo la educación estatal iguale a las personas, “y eso es criminal. Es tan criminal tratar de igualar a las personas como tratar de hacer que una diferencia se imponga a la otra. Son los extremos, y lo que necesitamos es una educación que pueda permitir la innovación, la imaginación creadora, los talentos individuales y la libertad ciudadana. Si logramos eso vamos a lograr una ética ciudadana, y entonces vamos a tener a empresarios generosos, trabajadores responsables, políticos incorruptibles”, enfatizó.
Para Vergara, lo que ICG trata de promover y potenciar es precisamente al profesional que sea capaz de servir a los negocios con principios éticos, internacionalizarse y solidarizar el conocimiento.
“En ICG tenemos una actividad económica y una profesional, pero al mismo tiempo tenemos una actividad educacional de colaboración mundial para la paz”, expresó.
El presidente de ICG en El Salvador, apuntó que la firma está cumpliendo 10 años en El Salvador, pero que tiene 20 años de haber sido fundada y de funcionar en Suramérica, el resto de países de Centroamérica, Estados Unidos, México y España.
Según su valoración, los esfuerzos por la integración de la región han logrado esa internacionalización y que particularmente El Salvador siempre ha sido visto como un país de mucho potencial para el crecimiento, aunque dijo que lo que está frenando la internacionalización, pero no solo en El Salvador, son algunas políticas de Estado.
“Entre menos se meta el Estado en regular y en competir con la empresa privada, más fácil podremos internacionalizarnos los profesionales y los empresarios”, acotó.
El director ejecutivo de Ópticas La Joya, Adolfo Parker apuntó que, de momento, es aún muy temprano para dar una opinión sobre si desde el Gobierno se están impulsando políticas de apoyo para la expansión de medianos empresarios o, por el contrario, medidas que entorpezcan el desarrollo de esos capitales.
“El Gobierno no tiene mucho tiempo de estar, pero yo creo que el que quiere trabajar en cualquier mundo, filosofía o clase de Gobierno que sea debe trabajar”, expresó.
El subdirector ejecutivo de Fundasal, Julio Eduardo Meléndez, opinó que sí hay espacios para la internacionalización, pero que también hay mucha falta de información.
Consideró que El Salvador aún tiene muchas bondades que puede explotar y que necesita salir a buscar esos espacios para innovar, ser creativos y de esa forma “la expansión vendrá por añadidura”.